10 diciembre 2009

Renuncio


¿Puedo dejar de cumplir con mi acuerdo de trabajo?
por Rabino Dr. Asher Meir, Centro de Ética de Negocios de Jerusalem
 
P. Recientemente acepte tomar un trabajo, y en respuesta el empleador dejó de entrevistar candidatos. Pero ahora me han ofrecido un trabajo mucho mejor. ¿Puedo dejar de cumplir con mi acuerdo de trabajo?

R. Los convenios vinculantes siempre deben ser cumplidos. Incluso los acuerdos que, debido a algún tecnicismo, todavía no han entrado en vigencia deben ser cumplidos, a menos que ocurra un cambio sustancial e inesperado de las circunstancias.

Muchos lectores han enviado preguntas relacionadas al dejar de cumplir acuerdos de trabajo, o a renunciar a un trabajo sin dar notificación adecuada. (Una persona siempre puede renunciar a un trabajo si da un aviso previo adecuado). Por supuesto que un acuerdo de trabajo es también un acuerdo solemne que no debería ser tratado a la ligera, pero la tradición judía distingue claramente entre contratos laborales y de otro tipo. La razón es simple: obligar a alguien a cumplir un contrato laboral es como una analogía a corto plazo de la servidumbre. Sin embargo, el tema central de la Torá es el ideal de libertad.

Una y otra vez, la Torá les recuerda a los judíos que le debemos lealtad a Dios ya que Él nos liberó de la servidumbre. Incluso antes del Éxodo, Dios le dice a Moisés: "Por tanto, ve y dile a los hijos de Israel, Yo soy el Señor; Yo los sacaré del sufrimiento de Egipto, y salvaré de su servidumbre, y los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios. Y los tomaré a ustedes para ser mi pueblo, Yo seré su Dios, y sabrán que Yo soy el Señor que los saca de la servidumbre de Egipto" (Éxodo 6:6-7). Después del Éxodo, Hashem nos dice, "Y ustedes deberán observar mis mandamientos y cumplirlos; Yo soy El Señor...Que los saco de la tierra de Egipto para ser su Dios; Yo soy El Señor" (Lev. 22:31-33).

La redención de Egipto es mencionada específicamente como la base para muchos mandamientos rituales, tales como los tefilim (Éxodo 13:9), el sacrificio de Pesaj (Éxodo 13:14, 23:15 y otros), la sucá (Éxodo 23:43), los tzitzit (Números 15:41) y otros. Pero es particularmente destacado como base de los mandamientos el cumplir con la libertad de los demás: liberar a los esclavos y no contratarlos de modo degradante (Levítico 25), darles una paga generosa (Deuteronomio 15:15), y darles descanso en Shabat (Deuteronomio 5:14), y tener misericordia con el pobre y necesitado y juzgarlos de forma recta (Deuteronomio 24:18). Esto también incluye no aprovecharse inconcientemente o con medidas engañosas (Levítico 19:36) o con prestamos con intereses (Levítico 25:38).

Los sabios del Talmud extrapolaron de este principio de libertad que un empleado contratado puede renunciar cuando el quiera, sin ninguna multa. Dios dice de su pueblo: "Ellos son mis sirvientes, a quienes saqué de la tierra de Egipto; no podrán ser vendidos como esclavos" (Levítico 25:38). El Talmud explica: Mis sirvientes, y no sirvientes de sirvientes (es decir, de otro ser humano) (1).

De aquí se deriva que incluso si una persona acepta tomar un trabajo, o incluso si ya ha comenzado a trabajar, puede cambiar de parecer y decidir dejar aquel puesto en busca de otro.

Sin embargo, esta autorización tiene excepciones legales, éticas y prácticas.

Una importante reserva legal es que esto no aplica cuando la cancelación implicaría una pérdida para el empleador; cuando el empleador ha confiado razonablemente en la promesa del empleado. Es fácil encontrar una orquesta para una boda, así que si un par de semanas antes la banda decide que no lo pueden hacer, están en su derecho de retratarse. Pero es casi imposible encontrar una banda adecuada a tan corto plazo, por lo que no es permisible llamar el mismo día y anunciar que decidiste cancelar la actuación (2).

Varias autoridades antiguas sugieren que debido a que el fundamento de la indulgencia que permite al trabajador retractarse es la libertad humana, una persona no se puede retractar simplemente porque alguien le ofrece más dinero (3). Los siervos de Dios pueden legítimamente rehusarse a ser sirvientes de sus semejantes, pero en este caso, el trabajador está perfectamente feliz de ser un sirviente, él sólo quiere obtener más dinero. La aplicación de esta reserva legal es a menudo poco clara. Es inusual que la única diferencia entre dos trabajos sea el salario; en general existen también diferentes condiciones, oportunidades de ascenso, etc. Todo esto afecta nuestra libertad. Además, un salario mejor puede a veces incrementar tanto los recursos de una persona, que pueden crear una mejora significativa en su libertad y oportunidades. Sin embargo, en un nivel ético, tener una mejor paga es una razón pobre para renegar de un compromiso de trabajo explícito y sólido.

En un nivel práctico, ir cambiando de trabajo puede ser una estrategia muy peligrosa. En el apogeo de la burbuja tecnológica, algunos trabajadores disfrutaron jugar una especie de juego de la silla profesional, bailando de una posición a otra en busca de la mejor paga. Pero muchos de éstos individuos se quedaron sin silla cuando la música se acabo. Además, las palabras vuelan y los empleadores pueden mostrarse reacios a contratar a alguien a quien perciben como falto de compromiso.

Si crees realmente que el nuevo trabajo te va a ofrecer mejores oportunidades a largo plazo, entonces estás en tu derecho de disculparte ante el primer empleador. El nuevo trabajo es similar al cambio inesperado de circunstancias que ya discutimos sobre otro tipo de acuerdos. Pero si el beneficio está limitado a dinero fácil, debes considerar cuidadosamente si los beneficios superan a tu compromiso con el primer empleador y como se verá afectada tu credibilidad.

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